Soy feo como un orangután pero soy educado. Me lavo la carita con agua y con jabón. No soy astrofísico ni químico laboratorista pero tengo lo mío. No he recibido quejas. Me río de la gente y la gente se ríe de mí. Soy satisfactoriamente masculino de día y de noche. No canto arias complicadas y no escucho a Wagner. He leído un cuento sobre un mono escrito por Kafka:me encantó, pero no lo entendí. Y a veces yo mismo no me comprendo. Me gusta rascarme la guata porque, como dije, soy como un orangután. Etcétera.