Un día te despiertas y te das cuenta de que la vida no se cansa de ponerte la zancadilla, de que se regodea en intentar aplastar tus sueños e ilusiones, de que trata de tirar de ti e impedirte avanzar. Pero cada día te levantas con la misma fuerza, cada día sueñas con más intensidad, cada día logras aferrarte a un nuevo sol. Solo hace falta una mano firme con la que dar cada nuevo`paso. He aprendido que la vida sonríe a aquellos que tienen el valor de devolverle la sonrisa.