Tengo la capacidad y potencial para determinar el camino que debo seguir, con quien, donde y a que horas debo emprender el viaje hacia la felicidad. Primero: No acepto que alguien quiera verme como objeto para poderlo tratar como sujeto. Dos: No mentiras ni argumentos de alta tensión. No discrimino a nadie por su credo, raza o religión. Lo primero en la pirámide de la vida es la felicidad y el amor.