Para ser una buena persona es importante ser capaz de ponerse en el lugar del otro. Intentar pensar cómo se sienten las otras personas y anticipar cómo nuestras acciones pueden afectar a los demás.La paciencia es una actitud que nos empuja a soportar posibles contratiempos o dificultades a lo largo de la vida. Las personas pacientes saben que cada cosa lleva su tiempo y son capaces de entender mejor las situaciones y las relaciones personales.